Terapia para adultos

“La Psicología ha centrado en los últimos decenios sus prioridades en volverse una profesión, un campo aplicado, que sea útil para mejorar la vida de los seres humanos”.

- Rubén Ardila

El término "terapia" etimológicamente está relacionado con "cuidar de alguien" y ayudarle. De hecho, la terapia psicológica es fundamentalmente eso: una relación de ayuda.

Los humanos somos una especie cooperativa y solidaria y entre nosotros son frecuentes las relaciones de ayuda: entre familiares, amigos...pero también, desde el principio de los tiempos, ha habido personas con un nivel "extra" de conocimientos o experiencia en algún campo concreto que han ayudado a otros como expertos, de manera "profesional".

La Psicología no es sólo una profesión, es una ciencia. La Psicología es la ciencia de la conducta o comportamiento, entendiendo estos términos no en el sentido coloquial de “acción”, sino de “relación” con el mundo.

En el caso del ser humano, la conducta es algo muy complejo que incluye, además de actuar, sentir, hablar, pensar, imaginar, recordar… Los psicólogos se ocupan de estudiar todas estas conductas y de intervenir sobre ellas, y uno de esos campos de intervención es la Psicología clínica o Psicoterapia.

La Psicología clínica es una actividad científico-profesional. El psicólogo, como conocedor de la ciencia psicológica, aplica esos conocimientos y las técnicas derivadas de ellos en la solución de problemas psicológicos o en la de situaciones complejas o problemas de la vida, en las que las personas necesiten la ayuda profesional de un psicólogo.

¿Por qué podemos necesitar pedir ayuda psicológica?

"Los trastornos psicológicos son, en principio, esfuerzos adaptativos de la gente ante situaciones de la vida conflictivas o de fracaso y que terminan por convertirse ellos mismos en un problema y, a veces, hasta en un modo de vida".

- Marino Pérez

La vida supone constante cambio y evolución. Desde que nacemos, y desde luego en la vida adulta, vamos experimentando muchas vivencias felices y enriquecedoras, pero también nos enfrentamos continuamente a dificultades, reveses y fuentes de dolor emocional.

Si estar mal emocionalmente, insatisfechos con nosotros y con la vida que tenemos se ha convertido en un modo de vida, y no sabemos cómo resolverlo, o bien nosotros solos o con la ayuda de las personas cercanas a nosotros, es muy posible que sea conveniente que pidamos ayuda psicológica.

Sentir, Pensar y Actuar

Emociones, Sentimientos

El sufrimiento emocional en sus distintas manifestaciones: tristeza, frustración, enfado, estrés, ansiedad.....forma parte de la vida, de manera tan natural como forman parte de la vida los estados emocionales que asociamos a felicidad: alegría, satisfacción, calma...

Aunque las primeras reciban el apelativo de "emociones negativas" y las segundas el de "emociones positivas" todas las emociones son útiles, son un legado de la evolución, una fuente de información muy valiosa para cualquiera de nosotros. Pero este legado evolutivo, que todos los humanos "traemos de serie", puede convertirse en un problema si por experiencias personales, malos modelos emocionales o por cualquier otro motivo, las emociones son excesivas para la situación que las provocan o se mantienen demasiado en el tiempo. En estos casos, la tristeza puede dar paso a la depresión, la activación necesaria para funcionar con éxito en el ambiente puede convertirse en estrés, y el miedo o la ansiedad puntuales y adaptativos pueden llegar a cronificarse. Si sucede esto, las emociones dejan de ser algo útil, funcional, para convertirse en un problema en sí mismas, incluso pueden llegar a dañar nuestro organismo y producir trastornos psicofisiológicos.
“Podemos abocar al fracaso por nuestras pasiones. Sin embargo, cuando se hayan bien adiestradas nos proporcionan sabiduría y sirven de guía a nuestros pensamientos, valores y supervivencia.”

- Aristóteles

Existe una estrecha relación entre nuestras reacciones emocionales y nuestra historia personal. Si necesitamos adiestrar nuestras emociones y mejorar nuestro nivel de lo que se ha llamado inteligencia emocional, la ayuda de un psicólogo puede ser algo muy útil. Lo mismo podríamos decir de otras dimensiones de nuestra conducta: las experiencias que vivimos desde la infancia pueden convertir nuestra forma de reaccionar en un problema.

Pensamientos

El Lenguaje y el pensamiento humano son herramientas valiosísimas para nuestra especie, pero pueden convertirse en algo conflictivo y peligroso si no se utilizan bien.

Recordar cosas que hemos vivido para volver a disfrutar de ellas y aprender de nuestras experiencias..., pensar sobre cosas que nos preocupan para encontrar soluciones..., anticiparnos al futuro para prever problemas o prepararnos frente a lo que puede venir es una posibilidad maravillosa que tenemos los humanos.

Pero los recuerdos nos pueden atrapar en un círculo de dolor y/o culpa; los pensamientos sobre lo que nos ocurre pueden convertirse en obsesiones y generar ansiedad más que soluciones; y las anticipaciones sobre lo que está por venir, pueden ser también una fuente de miedo y ansiedad.

De nuevo, si esto ocurre, la Psicología puede servirnos de ayuda para aprender a controlar o reducir esa parte negativa, disfuncional, de nuestra manera de pensar.

Acciones

La acción es probablemente el aspecto más importante de lo psicológico. Lo que hacemos los seres humanos nos cambia. Por ejemplo, si cuidamos bien nuestro cuerpo y cambia nuestro entorno: construimos cosas, influimos en otras personas...

“No importa lo que sintamos o sepamos, no importan nuestras dotes potenciales o talentos, sólo la acción les da vida. Hacer trae la comprensión y las acciones convierten conocimientos en sabiduría. No puedes atravesar el mar simplemente mirando al agua”.

- Rabindranath Tagore

A lo largo de nuestro ciclo vital vamos madurando, adquiriendo aprendizajes y generando criterios personales y competencias de todo tipo que nos permiten mejorar nuestras acciones para ganar en eficacia. Hay cosas en la vida que nos vienen dadas y que no están bajo nuestro control, pero, sin duda, la vida que llevamos en general es una mezcla de lo que nos viene dado y de lo que nosotros hacemos. Nuestra salud psicológica - y desde luego nuestra salud en general - dependen enormemente de las competencias que hayamos desarrollado a lo largo de nuestra vida: para gestionar nuestras emociones, relacionarnos con los demás, cuidar nuestro cuerpo y alcanzar los objetivos en la vida que sean valiosos para nosotros. Todo esto supone desarrollar aprendizajes sumamente complejos y a veces necesitamos un entrenamiento "extra" de competencias para comunicarnos mejor con los demás, desarrollar seguridad personal y asertividad, y tomar las riendas de nuestra vida para ser consistentes con nuestros propios valores.

Lo que somos como personas es una compleja trama formada por nuestra herencia genética, nuestras experiencias vitales y el contexto cultural en el que estamos inmersos.

El sufrimiento de origen psicológico no depende de nuestros genes, sino de nuestras experiencias desde que nacemos y del ambiente en el que vivimos.

Los problemas psicológicos no son enfermedades, pero pueden causar muchos daños para la persona y su entorno más cercano y una gran cantidad de sufrimiento emocional innecesario o excesivo; incluso, como ya hemos dicho, pueden afectar a nuestra salud biológica.

La Psicología, como ciencia del comportamiento, puede ser un gran apoyo, una guía muy valiosa que nos aporte una perspectiva diferente y enriquecedora y nos ayude a analizar qué ocurre, cuál o cuáles son las fuentes del sufrimiento y de los problemas; y, sobre todo, entrenarnos para gestionarlos y/o resolverlos.

¿Cómo es la terapia psicológica para adultos?

El objetivo fundamental de una terapia para adultos es, como hemos dicho antes, ayudar a comprender y resolver problemas de la vida y a gestionar adecuadamente el sufrimiento emocional.

El proceso terapéutico consiste en una serie de entrevistas, en un contexto de trato cálido y cercano, en las que la persona que acude a consulta va a trabajar en equipo con el psicólogo para resolver los problemas que le preocupan.

En las primeras entrevistas, se aborda la evaluación de lo que sucede y el análisis funcional individual de cada caso para definir juntos los objetivos de la terapia. En esta primera fase, las entrevistas suelen ser de una hora, un día a la semana.

A continuación se pasa al tratamiento psicológico propiamente dicho, que habitualmente implica, entre otras cosas, análisis conjunto de lo que sucede, consejos sobre pautas de actuación y entrenamiento en ciertas competencias.

La terapia se completa con una fase de seguimiento, en las que se vigila la evolución de la mejoría. En esta fase se suele acudir a terapia una vez al mes.

La terapia con adultos habitualmente incluye objetivos como mejorar:

  • El grado de auto-conocimiento: modos de reaccionar emocionalmente, estilos de pensamiento y acción, motivos y valores personales...
  • La capacidad de análisis de las situaciones: factores individuales y ambientales.
  • Las competencias: auto-cuidado y auto-gestión, inteligencia emocional, habilidades sociales, de comunicación.

Se trata, en resumen, de que la persona que acude a consulta psicológica, cuando termine el proceso terapéutico, se sienta mejor emocionalmente y resulte fortalecida para afrontar problemas presentes y futuros.

¿Cuáles son las consultas más frecuentes en terapia para adultos?

Las consultas más frecuentes se detallan y explican en el apartado Problemas psicológicos.