¿Qué son los trastornos alimentarios?

“Si no cuidas tu cuerpo, ¿dónde vas a vivir?”.

- Desconocido

Los trastornos alimentarios son alteraciones de la conducta que interfieren en cómo la persona se relaciona con la comida, consigo misma y el mundo y que interfieren de forma negativa en su salud.

Los problemas alimentarios son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad. La alimentación es conducta, y como todas, está en constante interacción y es susceptible de diferentes condicionamientos y aprendizajes. Nuestra sociedad ha ido cambiando a lo largo del tiempo y, hoy en día, la importancia que tiene la imagen y el cuerpo para todos nosotros es inmensamente potente.

Vivimos en una sociedad de consumo, en la que la rapidez e inmediatez forman parte de nuestra manera de hacer las cosas y relacionarnos. Pero también es una sociedad que nos genera muchas contradicciones. Por un lado, el canon de belleza actual es la delgadez, extrema y exigente, la cual relacionamos con otro tipo de valores positivos para nosotros, como el éxito social, la fuerza, independencia… Esto afecta a todos, pero especialmente a las mujeres, debido a que el ambiente dirige gran parte de estas valoraciones y juicios hacia ellas.

Por otro lado, la comida abundante y rápida (mucho más instaurada ahora, dejando en otro plano a la tradicional Dieta Mediterránea), el estrés y el poco tiempo libre para cuidarse a uno mismo y cuidar las relaciones no parecen dejarnos espacio para la relajación, el cuidado de nuestra alimentación ni de nuestro cuerpo, lo cual es de vital importancia para nuestro bienestar y salud.

Ante este ritmo frenético y exigente, muchas veces las personas utilizamos la comida para calmar la ansiedad, ya que comer es lo que en psicología llamamos un reforzador primario. Este es solo un ejemplo de cómo la comida puede adquirir funcionalidades diferentes. En este caso, la conducta de comer ya no se daría con sentido de alimentarse o por placer, sino que se lleva a cabo para aliviar ansiedad. De esta manera, no es de extrañar que las personas se relacionen de maneras poco saludables con la comida y su cuerpo, y lleguen a generarse problemas. Los trastornos de alimentación suelen iniciarse en la adolescencia, aunque afectan a niños y niñas, adolescentes y adultos.

¿Qué factores psicológicos influyen en los trastornos alimentarios?

Existen algunas variables, que llamamos disposicionales, que pueden considerarse factores de riesgo para que estos problemas alimentarios se desarrollen. Tienen que ver con la historia interconductual de la persona, (son sus experiencias vividas, valoraciones de las mismas, de sus relaciones,… ) y de su autoconcepto, falta de autorrefuerzos y/o si los refuerzos dependen de los demás, y el estilo personal que ha ido conformando la persona en cuanto a:

  • Autoexigencia
  • Perfeccionismo
  • Pensamiento dicotómico (las cosas o son de una manera o de otra)
  • Autocrítica
  • Necesidad de control
  • Impulsividad
  • Insatisfacción corporal

El entorno en el que crece y del que se rodea la persona es vital para establecer su relación con la comida. Muchas veces los modelos que han tenido estas personas no son los más adecuados. O han vivido sin unos hábitos claros o saludables de alimentación por lo que no tienen una buena referencia acerca de una alimentación adecuada. Y otras veces, ocurre que las normas y valores que aprendemos a lo largo del tiempo tienen un impacto enorme en nosotros y resultan de vital importancia en el momento en que la persona actúa en función de ellas a pesar de las consecuencias. Actúan como señales para que la persona decida si comer o no, si gustarse a sí misma o no en cuanto a su imagen, o incluso pudiendo llegar a desatender las señales biológicas de “saciación o hambre”.   Todo esto conforma un estilo psicológico, una manera de enfrentarse al mundo, que se caracteriza por su inflexibilidad psicológica, donde esa rigidez resulta poco adaptativa ante diferentes situaciones y dificultades de la vida. Sin embargo, esta no es la causa de que una persona pueda tener un trastorno de alimentación (TCA).

Entonces… ¿cuáles son las causas de los trastornos alimentarios?

Digamos que todas las variables que acabamos de explicar hacen que nos relacionemos con el mundo de una manera muy específica y ello nos puede hacer más vulnerables a presentar un problema de alimentación. Sin embargo, las variables precipitantes, las que desencadenan las conductas problemáticas pueden ser, por ejemplo: un periodo de estrés, un viaje, una gastroenteritis o dieta (en la que hay una pérdida de peso), problemas interpersonales, deporte o actividad de alto rendimiento... que hacen que la persona enfrente con las herramientas que tiene, que no serán suficientemente potentes para que, personas con este estilo psicológico, puedan superar con éxito estas dificultades.

¿Tengo un trastorno alimentario?

Estos son los principales trastornos alimentarios:

Malos hábitos alimenticios

Los hábitos son conductas estables instauradas a lo largo del tiempo, asociadas a muchas variables. Normalmente, los hábitos alimenticios los solemos aprender desde pequeños y vamos manteniéndolos a lo largo de la vida. No siempre ocurre esto. Hay familias donde no hay pautas o normas claras acerca de horarios, lugar de comida, manera de comer... ni hábitos saludables de alimentación en cuanto a una dieta equilibrada.

Unos buenos hábitos de alimentación y de relación con la comida, en los que se cuida una buena nutrición y se aprenden normas e ideas saludables acerca de la misma, no solo van a traducirse en salud sino que se van a convertir en uno de los factores protectores de los TCA. Es importante que la persona tenga un aprendizaje y relación con la comida que le haga valorar sus buenos hábitos como algo positivo y de vital importancia.

A pesar de que una vez que ya tenemos unos hábitos concretos (que pueden no ser adecuados o sanos) o estamos acostumbrados a la ausencia de ellos, su implementación resulta más complicada, no podemos olvidar que los hábitos se tratan de conductas que se adquieren y se aprenden en cualquier momento de la vida y nunca es tarde para poder reaprenderlos si la persona así lo desea o necesita.

Obesidad

Se produce por un consumo excesivo de alimentos, generalmente de gran aporte calórico que la persona no gasta y acaba acumulándose. En España se ha triplicado el número de niños obesos en los últimos 15 años. Se trata de un problema que preocupa mucho a la comunidad sanitaria debido al riesgo a padecer a raíz de la misma otras enfermedades o incluso una mayor tasa de mortalidad.
Muchas veces las personas con este problema hacen dietas sin éxito o con un fuerte efecto rebote y es porque muchas veces esta sobreingesta se debe a que hay un fuerte componente emocional de ansiedad. Es decir, la persona tiene ansiedad, de manera que se encuentra activada, preocupada, nerviosa,... y alivia su malestar a partir de la comida. La privación de comida que resulta de las dietas solo le genera más ansiedad y hambre, y sentimientos de frustración y tristeza con el consiguiente descontrol a la hora de volver a comer.
En gran parte de las ocasiones, la intervención se dirige a un mejor manejo de la ansiedad y las emociones.

Anorexia

Se caracteriza por un miedo muy intenso a engordar y por una extrema restricción de la comida. La persona organiza su vida con el fin de ser cada día más delgada, que es prácticamente lo único que es reforzante y gratificante para ella, y lo hará con una autoexigencia y control exhaustivos de su cuerpo y de su entorno. La insatisfacción con su cuerpo es enorme. La desnutrición, deprivación alimentaria y preocupación por engordar desencadenan pensamientos obsesivos y recurrentes con el fin de ejercer control sobre su sensación fisiológica de hambre y sobre su cuerpo, el peso. Es un trastorno que en estados avanzados puede ser realmente peligroso, pudiendo ser mortal.

Bulimia

Se caracteriza por un gran sentimiento de descontrol ante el mundo y la propia persona, y una gran preocupación y obsesión por el peso. Sin embargo, ante la deprivación y el hambre, la persona siente ansiedad y falta de control, que acaban en ingestas descontroladas de comida, que conocemos por atracones. Es entonces cuando el sentimiento de culpa, el malestar y angustia por subir de peso, la insatisfacción corporal, hacen que la persona lleve a cabo lo que se conoce como conductas purgativas. Es decir, se provoque vómitos, utilice laxantes, haga ejercicio de manera compulsiva o decida ayunar, con intención de controlarse a sí misma y seguir su objetivo de delgadez.
Esta secuencia no solo se repite una y otra vez sino que es muy perjudicial para la salud, pudiendo llegar a ser mortal debido al alto riesgo físico que se corre.

Suele haber un estilo psicológico impulsivo, en el que la persona ha aprendido a relacionarse de una manera evitadora respecto a sus emociones negativas. También suele haber desorden en cuanto a hábitos alimenticios.
Todo esto genera mucha tristeza y depresión en la persona, daño físico, autoestima baja, mucha ansiedad y en ocasiones, puede haber riesgo de suicidio.

Podríamos decir que algo común y que caracteriza a la Anorexia y Bulimia es el miedo intenso a engordar que manifiesta la persona. Se debe dar apoyo y comprensión a estas personas por difícil que resulte, y no culparlas, ya que no se trata de ningún capricho ni de mala educación. Es algo mucho más importante y más profundo, que tiene que ver, en muchas ocasiones, con la valoración que la persona hace de sí misma y de la necesidad de control que tenga (o la percepción de descontrol que sienta) ante situaciones emocionalmente complicadas para ella.

Trastorno por atracón

Se trata de un trastorno de conducta alimentaria en el que la persona tiene sobreingestas compulsivas de comida pero no realiza ninguna conducta purgativa. Estas personas no tienen porqué estar insatisfechas con su cuerpo ni preocupadas por la pérdida de peso, aunque sí es un problema grave de salud debido a su sobrepeso y al malestar que le genera a la persona el sentimiento de descontrol en el momento de la ingesta, que además suele ser de un alto contenido calórico.

En muchas ocasiones, las personas con este tipo de trastornos alimentarios se sienten frustradas y profundamente tristes. Suelen presentar grandes niveles de activación y ansiedad, pudiendo generar todo tipo de miedos y depresión. En algunos casos, sobre todo en anorexia y bulimia, encontramos que la persona también presenta trastorno de personalidad y/o abuso de sustancias. Ante estas problemáticas y una posible desesperanza, es de muy importante hacer una valoración del riesgo vital por el que está atravesando la persona.

¿En qué consiste la terapia para trastornos alimentarios?

Aunque hay unas características generales y comunes en estos trastornos, como las ya mencionadas, cada persona es diferente y única en su historia y en su relación con la comida, por lo que en Nexo Psicología Aplicada siempre trabajamos desde el análisis funcional de la conducta. Es decir, hacemos un análisis riguroso e individual de la problemática de cada persona para así poder intervenir acorde con sus necesidades específicas y contando siempre con la voluntad y objetivos que tenga el paciente, que en todo momento es informado del proceso que se sigue y participa en el mismo de forma activa.

“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”.

- Khalil Gibran