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Terapia para adolescentes
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"Se necesita coraje para crecer y convertirse en quien realmente eres".
Los términos pubertad y adolescencia se usan frecuentemente como sinónimos de la etapa de transición que experimenta una persona entre la niñez y la vida adulta. En general, este periodo suele abarcar entre los 12 y los 18 años de edad. Pero, en realidad, podríamos decir que la pubertad es un proceso más biológico, de maduración sexual; mientras que la adolescencia está más marcada por lo psicológico y por la cultura.
Lo que se entiende por "ser un adolescente" depende de la valoración cultural. Queremos subrayar que en nuestra cultura es frecuente exagerar las dificultades asociadas a "tener un adolescente en casa" como si esto fuera siempre sinónimo de tener un problema. El filósofo José Antonio Marina, por ejemplo, ha alertado de que esta concepción negativa de la adolescencia (como si no hubiera adolescentes inteligentes, encantadores y felices) puede perjudicar tanto a los jóvenes como a los padres.
Es cierto que, desde el punto de vista psicológico, la adolescencia es una etapa que presenta su complejidad porque es un momento evolutivo importante desde el punto de vista del desarrollo humano. Es un momento clave en la de construcción de la propia identidad. Este es uno de los principales retos que enfrentan los jóvenes: cómo soy, cómo me gustaría ser...mi cuerpo, mi personalidad....
Por esta razón, podemos observar que gran parte de su comportamiento está orientado a demostrar que existen, a ensayar formas de ser, a discutir sobre temas para formar criterios.....El grupo de amigos se convierte en lo más importante porque con ellos van a construir su nueva subjetividad.
En este camino de transición y de cambios, el adolescente está en medio: se sienten niños para algunas cosas y para otras se creen adultos, es un tiempo en el que exigen libertad y abrirse a un mundo de nuevos intereses y curiosidades.
El adolescente necesita un adulto cercano para construirse, andar el camino… necesitan sentirse queridos y aceptados, modelos que resuelven sus dificultades, que les guíen con valores de referencia, como fuente de seguridad: autoridad positiva.
La consolidación de su identidad y de un estilo propio de vivir, conlleva búsqueda y exploración. En este camino, su ansia de retos y experiencias, les lleva en ocasiones a prácticas de riesgo y a dificultades derivadas de su inmadurez, vulnerabilidad e falta de competencias.
La adolescencia puede ser una etapa llena de felicidad y evolución, pero también podemos encontrar trastornos asociados al proceso. Muchos jóvenes llegan a adultos sin grandes problemas, pero la adolescencia, con cierta frecuencia también es un momento de aparición de los principales problemas psicológicos.
Evitar los problemas psicológicos requiere una especial vigilancia por parte de padres y educadores para identificar y actuar cuanto antes y poder prevenirlos cara al futuro.
El trabajo terapéutico con adolescentes implica también a las personas que forman su círculo más cercano y relevante, padres y mediadores
Las sesiones irán encaminadas a que, tanto los menores como los padres y/o educadores, adquieran estrategias o habilidades para resolver el problema principal y manejen posibles situaciones futuras, y así el joven pueda relacionarse con el mundo de manera saludable y eficaz y madurar adecuadamente.
Cuando las dificultades aparecen, cuando los padres no sabemos qué hacer, nos sentimos desbordados, alarmados… la terapia psicológica, puede ser una opción a poner en marcha.
Problemas más frecuentes asociados a la adolescencia
Los profesionales de Nexo, basándonos en un conocimiento profundo del desarrollo evolutivo humano, nos ocupamos de todos los problemas relacionados con:
- Adquisición de hábitos saludables: trastornos del sueño, de la alimentación (anorexia y bulimia nerviosas, obesidad...)
- Educación y escolarización: rendimiento escolar, desarrollo de técnicas y hábitos de estudio, ansiedad ante exámenes, orientación vocacional….
- Problemas de ansiedad, miedos, depresión, trastornos obsesivos, hiperactividad, timidez…
- Competencia social: Comunicación, asertividad...
- Problemas familiares derivados por ejemplo de la dificultad para lograr una comunicación efectiva, por un trastorno psicológico, por adicciones o conductas agresivas o amenazantes en algún miembro de la familia, etc.