¿Qué mueve nuestras acciones?: Motivos y necesidades humanas

La palabra «motivo» está asociada íntimamente a movimiento. Según el Diccionario de la Real Academia Española:

motivo, va. (Del lat. tardío motīvus, relativo al movimiento). adj. Que mueve o tiene eficacia o virtud para mover. || Causa o razón que mueve para algo.

Esta definición coincide con la de Aristóteles que, en su tratado sobre Psicología De Anima, dice:

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“El principio motor es, por tanto, único: el objeto deseable…….el movimiento se da siempre que se busca algo o se huye de algo,….en términos generales, el animal es capaz de moverse a sí mismo en la medida en que es capaz de desear.”

 

Los biólogos sostienen que existen dos motivos fundamentales para todos los seres vivos: sobrevivir y reproducirse.

Anteriormente, en De los tropismos al comportamiento, parafraseando a Skinner en «Ciencia y conducta humana«, nos preguntábamos sobre por qué actúan los organismos y hacíamos referencia a que los animales, como seres heterótrofos, tienen que moverse para sobrevivir.

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Sin duda, los dos animales de la foto están muy motivados para correr: el tigre desea comida y la gallina librarse del ataque. Las emociones que experimentan, eso sí, son distintas; podemos suponer que el tigre ,aunque en estado de alerta, está relamiéndose, quizá salivando ya…., mientras que en el caso de la pobre gallina el miedo será muy intenso.

Después de establecer la relación entre motivos y acción, ésta es otra relación interesante: la que existe entre motivación y emociones.

¿Y nosotros? ¿por qué actuamos los humanos?, ¿qué nos mueve a la acción?, ¿qué relación mantienen nuestros motivos con nuestro estado emocional?… ¿y con nuestra salud?….

Una de las más conocidas aportaciones al enfoque de qué es la motivación humana se debe al psicólogo neoyorkino Abraham Maslow. Su teoría   es conocida habitualmente como La Pirámide de Maslow.

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Lo que Maslow viene a plantear es que todos los humanos tenemos una serie de necesidades que debemos satisfacer para sobrevivir y estar sanos física y psicológicamente; y que estas necesidades se dan en un orden jerárquico, de modo que cuando satisfacemos las de orden inferior, podemos movernos en la dirección de conseguir las siguientes.

Aunque no esté suficientemente demostrada la existencia de una jerarquización de las necesidades, la Pirámide parece representar las claves esenciales de lo que nos conviene como humanos para mantener la salud y poder conseguir una vida feliz.

Maslow mantiene que la consecución de las necesidades básicas es saludable y genera emociones positivas, mientras que su frustración es patógena y que esto último no sucede con necesidades creadas por la cultura.

Podemos comprender mejor su tesis si pensamos en que viene a afirmar que: al igual que necesitamos ciertos nutrientes – como especie-  para estar sanos físicamente; lo que nos conviene, si seguimos avanzando desde lo biológico a lo psicológico, es lo que está representado en su Pirámide.

Desde la perspectiva de la Evolución de las Especies, sí parece que haya existido una relación funcional entre la aparición de ciertas necesidades: las de orden superior aparecieron para satisfacer las del orden inferior, relacionadas con la supervivencia.

Por ejemplo, los comportamientos de apego y cuidado de las crías emergieron cuando esas crías necesitaron para sobrevivir de cuidados prolongados en el tiempo por parte de los adultos. Seguramente, nuestra especie es el caso extremo en esta cuestión: se establece un vínculo afectivo durante toda la vida. En «Amor y odio. Historia natural del comportamiento humano» Eibl-Eibesfeld . afirma que «la ternura entró en el planeta Tierra de la mano de los mamíferos».

Maslow piensa que, si en los primeros años de un niño, no se satisfacen adecuadamente ciertas necesidades, éste puede quedar sensibilizado a desarrollar un problema en ese área. Por ejemplo: si no se ha sentido seguro, si no ha tenido suficiente alimento…

Esto puede seguir sucediéndonos más adelante: la experiencia de una situación peligrosa puede probabilizar que nos sintamos con más frecuencia en estado de alerta…..También se ha documentado que algunas personas que pasaron hambre en guerras, por ejemplo en campos de concentración, en estado grave de privación de alimentos, desarrollaron durante un tiempo conductas que podríamos calificar de bulimia (atracones).

Encontramos muchas referencias culturales que hablan de motivación humana y que parecen estar de acuerdo con Maslow. Desde los placeres más primarios…..

«De la panza sale la danza»

Refrán popular

…hasta los motivos más idealistas:

“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”

Mahatma Gandhi

 

La importancia de reflexionar sobre nuestros motivos ya fue abordada en Los Valores de tu vida. Aquí hemos vuelto sobre ello con la intención de seguir ampliando perspectivas sobre este tema.

Como seres pensantes podemos reflexionar sobre si dedicamos más tiempo y energía a lo que más nos conviene; o si, por el contrario, estamos dejando de lado lo que es más importante para nosotros.

Quizá sería buena idea que repasemos lo que nos satisface o nos hace felices en nuestra vida y lo que nos falta; y que, al hacerlo, usemos como guía La Pirámide de Maslow.

 

 

Eibl-Eibesfeldt, I. (1995) Amor y odio. Historia natural del comportamiento humano. Barcelona: Salvat ciencia.

Maslow, A.. (1954). Motivación y personalidad. Madrid: Ediciones Díaz de Santos, S.A.. 1991.

Skinner, B.F. (1953) Ciencia y conducta humana. Barcelona: Fontanella, 1981.

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