El tema de esta semana es difícil de abordar, pero muy importante, por eso me propongo hacerlo en dos partes. En la de hoy quiero revisar algunos datos y deshacer algunos mitos y creencias acerca del suicidio. Dejo para otra semana, un planteamiento desde el punto de vista de los que se quedan, de los supervivientes al suicidio de un familiar, de su duelo.

Los últimos datos acerca del número de muertes por suicidio en España son de 2014. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística) más de 4000 personas murieron porque no encontraron ni una sola razón para seguir viviendo. Estas muertes superan las cifras de la violencia machista, los homicidios y también sobrepasan a los accidentes de tráfico. El suicidio se ha convertido en la primera causa externa de muerte.

Quiero hablar del suicidio porque nuestra sociedad lo ha convertido en un tema tabú. Quizás por miedo a que al hacerlo, se facilite o se sugiera la posibilidad de llevarlo a cabo, el famoso «efecto llamada» que los expertos de la OMS ya niegan rotundamente y lo han definido cómo un problema de salud pública. También puede influir el estigma que acompaña al suicidio, tanto la persona que lo intenta o lo consuma como los familiares, pueden ser señalados cómo sospechosos de no saber enfrentar o resolver los problemas y de no haber sabido ayudar a sus seres queridos o lo que es peor, de no haberlos querido lo suficiente. Me pregunto si otra variable que contribuye a silenciarlo puede ser la tendencia social generalizada a buscar la felicidad a toda costa, a trivializar la soledad, la desesperación o el dolor ajenos, que nos impide ser buenos observadores de los momentos y señales de riesgo de las personas que tenemos cerca.

Chico en tunelLos psicólogos sabemos que ignorar un problema o evitar enfrentarlo, es la mejor manera de que se mantenga y agrave . Hacer campaña social para concienciar a la población de los recursos disponibles para prevenir un problema de salud pública, es el primer paso para combatirlo. Podemos ver ejemplos en fenómenos como la violencia machista, que tradicionalmente se ocultaba por vergüenza; las drogas, qué hasta que no se combatió el estigma no se empezaron a controlar sus efectos o los accidentes de tráfico, que tras años de sensibilización social se ha conseguido disminuir al quinto lugar del ranquin de muertes por causas externas, cuando ocupaba el primer puesto. Según Enrique Echeburúa, hablar del suicidio con cuidado; por ejemplo que no se publique nunca en primera página, sin sensacionalismo ni morbo, ayuda a su prevención. Por tanto, los medios de comunicación pueden jugar un papel importantísimo en este sentido, programando espacios donde se trate el tema, siempre desde un punto de vista realista pero preventivo, donde se enseñe a detectar las señales o indicadores de riesgo y cómo actuar si hay sospecha de cualquier intento. Este vídeo de la Fundación Mayo es un buen ejemplo de cómo abordar el tema y su prevención en adolescentes:

La tasa de suicidios en España es de las más bajas de Europa, 8,3 muertes por 100.000 habitantes, pero sigue creciendo cada año desde que comenzó la crisis. Son los hombres los que más consiguen su propósito, triplicando en número de muertes a las mujeres. Sin embargo, éstas son las que más lo intentan. Por cada adulto que tiene éxito, otros 20 lo intentan. El perfil actual, es de un varón de más de 50 años, que vive solo, sin red de apoyo familiar ni social, con depresión o trastorno mental y dolores físicos. Las causas pueden ser muy variadas, el 90% están diagnosticados de alguna enfermedad mental, la crisis económica puede ser el detonante de muchos casos, pero aunque existe correlación, es difícil de establecer cómo causa.

Zapatillas de los suicidados en el G.G

Vamos a detenernos, por un momento, en intentar comprender el estado de ánimo que rodea a un intento de suicidio. Todos pasamos por malos momentos en la vida, pero afortunadamente, la mayoría de las personas no buscan la salida más radical e irreversible. Algunos creen que los que se suicidan eligen la opción más “fácil”, la más “cómoda” pero quitarse la vida no es fácil ni cómodo… Las personas que piensan suicidarse quieren vivir, pero sin dolor, desesperanza y depresión. Para algunas personas, las situaciones que viven son tan duras que no ven el camino de salida, la solución no está en sus manos, no se ve ninguna perspectiva de mejora o no se tienen las habilidades necesarias para enfrentarlas ni la ayuda, imprescindible, para aprenderlas. Según expresa un superviviente de suicidio, “es cómo abrir la caja de Pandora, de la que salen todos los males del mundo, pero sin que salga la esperanza”. Creer que todo lo que vives es terrible y que no va a mejorar, sentir la impotencia de que no hay nada que puedas hacer para cambiarlo, estar aislado socialmente y perder el interés por la vida, son las señales de que la persona está en el límite de su resistencia, ante ellas debemos actuar rápidamente, ofrecer el punto de apoyo que necesitan para darse otra oportunidad.

Existen distintos mitos sobre el suicidio que conviene aclarar:

Mito 1: La persona que se quiere matar no lo dice. De cada diez personas que se suicidan, nueve de ellas dijeron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida.

Mito 2: Los que lo dicen, no lo hacen. Toda persona que se suicida expresó con palabras, amenazas, gestos o cambios de conducta lo que ocurriria.

Mito 3: Intentar suicidarse puede ser una llamada de atención. Es cierto que no todas las personas que intentan el suicidio desean morir, pero que sea una llamada de atención, solo indica que sus mecanismos de adaptación no son los adecuados y tras ese fracaso, solo ven cómo alternativa atentar contra su vida.

funambulista

 ¿Qué podemos hacer cuando percibimos estos síntomas de riesgo?

¿Cómo debemos actuar para frenar sus intenciones?

  1. Observar y detectar los indicadores de riesgo:
  • Hablar sobre marcharse o dejar de sufrir, dejando todo arreglado, regalando o desprendiéndose de pertenencias.
  • Cambios repentinos del comportamiento, por ejemplo periodo de calma sin explicación después de mucha ansiedad.
  • Pérdida de interés en las actividades que antes hacia con placer.
  • Aislamiento social.
  • Deterioro de la autoestima, con verbalizaciones acerca de su poca valía o falta de importancia.
  • Hablar sobre sentirse desesperado o culpable.
  • Hablar sobre la muerte cómo liberación.
  • Comportamientos autodestructivos, cómo tomar drogas, alcohol sin control. Tenemos que tener en cuenta que las adicciones cumplen, en muchos casos, la función de escape de las situaciones que se ven como irresolubles, la misma funcionalidad que tiene el suicidio.
  1. Escuchar activamente: La mejor ayuda que se puede prestar es conseguir que no se sienta solo, escuchando cómo se siente, sin juzgar, sin presionar para que cambie de opinión y sin culpabilizarle por pensar en morir. Permitir que exprese su dolor y sufrimiento, aunque resulte difícil de escuchar.
  2. Preguntar abiertamente sobre sus intenciones. Existe la creencia errónea de que hablar del suicidio puede incitarle a cometerlo, sin embargo, está demostrado que reduce el peligro y puede ser el punto de inflexión para que hable y analice sus motivos deNo al suicidiosde otro punto de vista. Una forma podría ser: «otras personas en tu situación pueden pensar en el suicidio ¿Tú lo has hecho?»
  3.  Ayudar a contactar con profesionales que puedan atenderle inmediatamente.
  4. Pactar una tregua hasta que compruebe las alternativas que existen para resolver su crisis.

Para terminar por hoy, queremos hacer hincapié en la importancia de la prevención. El suicidio se puede prevenir, pero es necesario quitar el estigma que lo rodea, que nos atrevamos a hablar de él con sinceridad y valentía, sin alarmas, pero enfrentando las posibles causas . Los psicólogos tenemos un papel muy importante, desde nuestra ciencia podemos facilitar el abordaje sin miedo y de forma productiva, creando programas de sensibilización y detección del riesgo y enseñando a la población los recursos necesarios para que las personas que están desesperadas no se sientan aisladas y sin salida.

 

 

«Guía sobre la prevención del suicidio para personas con ideación suicida y sus familiares» Servicio Andaluz de Salud. Consejería de Salud, Junta de Andalucía. 2010

 

 

1 Comentario

  1. […] es la segunda entrada sobre el tema del suicidio. Cómo avancé en la anterior, quiero hablar de las personas que se quedan, las afectadas por la muerte voluntaria de un […]

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